miércoles, 30 de diciembre de 2009

Consejos y demás menesteres

El mejor consejo es no dar consejos, dicen…

No sé (ni me interesa) quién dijo esto, o si es uno de los grafitis que adornan nuestras urbes, pero lo que sé es que es una verdad como la copa de un pino.

Y es verdad (VLR), el consejo no tiene garantía de éxito. A todos los bípedos no nos cae igual el mismo tinto, no?! Pues ahí tienes… Además, detrás de los buenos consejos, a veces, sólo a veces, se esconde un pizquita de envidia, pero ese es otro tema.

El consejo casi nunca está basado en una vivencia propia, es simple “intuición” ajena. Está claro que confunde a los débiles, y muchas veces los débiles son los más perfeccionistas.

Del único que acepto consejos es del camarero de confianza o de mi médico. Los demás, ya me gustaría ver su bitácora para haberse titulado de “Consejeros Opinólogos”.

Sin ánimo de quedar como un “chupamedias”, me gustaría citar brevemente a mi suegro en este aspecto, que siempre escucha los proyectos ajenos y los acepta entusiasta, aunque bien en el fondo de su dilatada experiencia sepa que te vas a estrellar bien estrellado. ¿Por qué entonces dejar que alguien cometa un error si sabemos que puede estrellarse?. Simple estadística, hay un 50% de probabilidades de que esa idea sea transgresora, y que del choque nazca algo bueno, o potable al menos.

Me echo a temblar cuando oigo el típico “a mí me parece…” Coño!, no te quedes a medias, dime que no apostarías un duro, pero no me aconsejes diciéndome sólo que es una recomendación… los jodidos sinónimos políticamente correctos!

El Opinólogo (en el cual, tristemente y para mi vergüenza, tengo que incluirme) es siempre oportuno, casi siempre cae bien parado porque nunca apuesta a llevarse el Pozo, siempre tira ideas y aspectos “fronterizos” sobre el tema en cuestión. A ver, un ejemplo:

“Y… yo no me compraría una casa para alquilarla donde la compró Fulano, es una zona de mierda, pero (cuándo no!) si la decora bien puede que la alquile a buen precio…”

Se me eriza la piel con sólo releer el ejemplo… Además, resulta que el Opinólogo no se dedica a bienes & raíces ni tampoco es decorador… creo que si escarbamos un poco, ni casa propia tendrá; pero dejó su huella en la cuestión:

Si la casa no se alquila, él ya lo avisó (es una zona de mierda), pero si se alquila, él también lo predijo… uff, qué bocho!

Es por esta ambigüedad por la que descreo fervientemente en los consejos. Porque la experiencia sólo nace del error, el acierto es estéril. El error hace sinapsis en nuestras neuronas, las pone a 100. El acierto las embriaga…

Ya lo dice otro dicho,

No te acuestes en los laureles que se aplastan…

1 comentario:

  1. y la peor parte es que cada dia hay mas opinologos sueltos... y cada vez, tienen menos sentido sus palabras!!!

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